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Mostrando entradas de noviembre, 2011

WE WANT YOU

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Quinto ensayo de la asignatura Claves del pensamiento actual, impartida por el profesor Jaime Nubiola. El tema es "la paz en el mundo". Ensayo en grupo con mis compañeros y amigos Paloma Azcárate y Mateo Alonso. "La paz en el mundo" es probablemente la frase más repetida en la Historia de la humanidad. Utilizada en tantas ocasiones y mal utilizada en muchas más. La Paz, esa paz que se escribe con mayúsculas, es la más deseada pero la menos cumplida. Concurso de belleza de los Estados Unidos. Turno de preguntas. - Miss Kathy Morningside. Representante del estado de Nueva Jersey. Si pudiera pedir un deseo a un hada madrina, ¿qué le diría? - Por supuesto, la Paz en el mundo. Y sonrisas. Y una multitud de aplausos y silbidos. Discurso de un candidato a la presidencia de un país. Período de elecciones generales. - Durante mi mandato, acabaremos con el hambre en el Tercer Mundo, bajaremos los impuestos y, por supuesto, conseguiremos la Paz mediante una política de diál

Carta de amor

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Hoy he rescatado del baúl de los recuerdos algo que escribí hace muchos años, pero me apetece compartirlo con vosotros ahora. Espero que os guste. Nadie podrá imaginarse jamás el amor que he sentido estando a tu lado. Todos los días agradezco la mañana en que te vi por primera vez a través de aquel cristal. Tan rápido y fugaz que jamás creí que volverías a buscarme tan pronto. Cada día me dabas todo lo que necesitaba. Me llenabas de alegría y paz. Adoro los enormes paseos que dimos por aquel parque, y los chapuzones en la playa bajo el destello de los atardeceres veraniegos. El modo en que con tanto énfasis y dedicación jugábamos a la pelota.  Aún recuerdo el cosquilleo que sentía cuando tu mano me acariciaba detrás de las orejas y la espalda. Los cálidos abrazos que recibía cada vez que llegabas a casa después del trabajo. Las nutritivas comidas que me preparabas con tanto esmero. Los inesperados y blanditos peluches que me regalabas sin motivo alguno. Pero, a pesar de todo, lo que

Para todo lo demás: MasterCard

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Cuarto ensayo de la asignatura Claves del pensamiento actual, impartida por el profesor Jaime Nubiola. El tema es "vida en familia". - ¡Suena el teléfono! - ¡Yo no voy! - ¡Yo tampoco! - Ya voy yo... ¿Estáis todos? - ¡Yo no! ¡Di que estoy en el baño! - ¿Sí, dígame? -Una pausa.- No, lo siento, no está. Creo que está en el baño. ¿Quieres que le deje algún recado, Lucas? - Otra pausa.- Vale, se lo diré. Hasta luego. Las familias no son perfectas. La mía en especial no es nada del otro mundo, pero a mí me encanta. En una familia numerosa hay situaciones para dar y regalar. Situaciones buenas y malas, de sacrificio y entrega, de lucha y amor. Situaciones de las que estás harta, y otras que no cambiarías por nada del mundo. La familia no tiene precio, como el anuncio de MasterCard. En casa te encuentras al entrar por la puerta con las labores cotidianas, como poner la mesa o sacar el lavaplatos, y también con otras que se escapan de algunos hogares: ¿Alguien sabe dónde esta el

Sobre ruedas

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El volante en tus manos. El viento en la cara. La música que eclipsa. El rugido del motor. Qué importa si es un descapotable azul turquesa o una Vespa de color crema con su casco a juego. Conducir. Qué sensación. Qué emoción. Qué laguna para mí, hasta ayer. Aún no me he hecho a la idea de cómo he tardado tanto en vivir esta experiencia. En ponerme a prueba como conductora. En desafiar a las malas lenguas: "mujer al volante, peligro constante". El miedo, supongo, es lo que me retenía en este desconocimiento a mis veinte añitos y para alegría de mi madre. Por fin he desvelado secretos que hasta ahora suponían un verdadero rompecabezas para mí. El apabullante misterio del embrague. Las mil y una posiciones del cambio de marchas. La dificultad de mantener quieto el pie izquierdo. Los millones de intermitentes, luces, flechas, colores y botones. Por no hablar de las señales. El capítulo de colocar la rueda de repuesto lo dejaré para otro día, aún sigo sin entenderlo. Pero lo

El desafío del escaparate

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Tercer ensayo de la asignatura Claves del pensamiento actual, impartida por el profesor Jaime Nubiola. El tema es "estilos de vida". - Mírame. ¿Has visto qué estilo tengo? Piel auténtica, querida. Ven y tócame. Mira este tacón. Doce centímetros. Es cómodo, te lo aseguro. ¿Ves el color? Negro azabache. Precioso. Resaltaría el color de tus grandes ojos. Ven aquí. Cómprame. Soy una bota comodísima, te lo aseguro. Ideal tanto para primavera como para otoño. Calentita por dentro y llena de estilo por fuera. Todas te envidiarán. No hay una bota igual que yo. - ¿Ejem? ¿Me has visto a mí? ¿Hola? Sí, estoy aquí. Soy la bota que está a la izquierda de esa tan presuntuosa y egocéntrica. Olvídala a ella, se lo tiene muy creído. Con ella parecerás de todo menos elegante. Parecemos iguales, pero no lo somos. Marrón chocolate. Eso sí es un color. ¿Y has visto mi textura? Suave como la piel de un bebé. ¡Ah! ¿Sabes qué? Va perfecto con el vestido beige que te compraste ayer. Eso con

Mamá: ¡quiero ser piloto!

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Miro por la ventana en el coche. Autopista vacía. De camino a mi paraíso, una vez más. Diez de la noche. Absoluta oscuridad. En el interior: radio, móvil, ordenador. Todos enganchados a las tecnologías. Incluida yo. Mi música en los oídos. El infinito paisaje que observo fuera me invita a relajarme, a dejar vagar mi mente a su antojo. De repente, una pequeña luz avanza despacito en lo alto del firmamento. Destellos rojos lo diferencian de las estrellas. Un avión. Es increíble. Qué sensación la de volar. Viene a mi cabeza la  imagen del piloto y me veo a mí misma al mando de esa gran maravilla, rodeada de botones, luces, mandos, altavoces y cables. En una cómoda silla de despacho, pero con un despacho peculiar. Me invade una sensación de claustrofobia, que imagino compensada con la inmensidad del firmamento. Atravieso las nubes y veo la insignificancia de las ciudades, de sus magnates y de sus rascacielos. Pero también puedo vislumbrar con  escalofriante realismo la majestu