Fantasmas


Te tengo en mi cabeza, pero,  ¿qué importa? Ya no eres real. Perteneces a algo que nunca pudo ser. Una ilusión, como tantas otras antes que tú. Es algo que solo pertenece al mundo de los sueños. Ese mundo en el que solo vagan oscuros fantasmas, caprichos de un niño, secretos de adolescencia e infames codicias de un adulto reprimido. Y ahora es demasiado tarde para verlos a todos satisfechos. Se deslizan, como sombras sin nombre entre afiladas realidades que me atormentan sin descanso. Día y noche. Me pesan, en mi pesimista rutina y en mis sueños infantiles, aún palpitan. ¿Qué puedo conseguir, pensando? ¿Adónde me lleva seguir existiendo, cuando tan cruda es la existencia?

Comentarios